¿Qué es WiFi pasivo?

Las conexiones inalámbricas WiFi han llegado para quedarse, y están reemplazando paulatinamente a las conexiones cableadas, debido fundamentalmente a las muchas ventajas que ofrece con respecto al método habitual mediante cable, incluyendo la flexibilidad y la reducción de los costes en cientos de metros de cables y demás hardware necesario para poner en marcha una red tradicional.

A pesar de que la tecnología de conexión WiFi es extremadamente eficiente y ya se encuentra muy arraigada entre los usuarios, como lo demuestran los millones de dispositivos que se conectan a Internet o entre ellos a todas horas todos los días del año, existen ciertos inconvenientes con los routers inalámbricos y demás dispositivos involucrados en una red WiFi, y están relacionados básicamente con su alto consumo eléctrico.

Mientras los fabricantes hacen enormes esfuerzos para que teléfonos, tablets y computadoras portátiles sean cada vez más eficientes en materia energética, los dispositivos que nos proveen de la señal WiFi siguen consumiendo grandes cantidades de electricidad. Es para intentar solucionar este problema que un grupo de ingenieros de la Universidad de Seattle desarrollaron una nueva tecnología basada en WiFi, llamada “WiFi Pasivo”.

En este artículo encontraremos todo lo necesario para conocer más a fondo todo lo que una conexión WiFi pasiva puede ofrecernos, además de los fundamentos de cómo funciona.

Índice de Contenidos
  1. ¿Qué es WiFi pasivo?
  2. ¿Cómo funciona el WiFi pasivo?
  3. Alcance y velocidad del WiFi pasivo

¿Qué es WiFi pasivo?

Básicamente, el WiFi pasivo es una tecnología que nos permitirá afrontar el futuro del Internet de las cosas (IOT) de una forma mucho más eficiente en términos energéticos. Hoy en día es común disponer de varios dispositivos que se conecten a Internet como reproductores de audio, teléfonos, tablets, computadoras, diferentes wearables como relojes y muchos otros dispositivos, a los cuales tenemos que recargar periódicamente sus baterías para que puedan seguir brindando servicio sin problemas.

Sin embargo, en el futuro próximo, en realidad en unos pocos años, la Internet de las cosas, del inglés “Internet of Things” o “IOT” nos permitirá extender el modo en cómo estamos conectados, es decir que aumentará nuestra dependencia de Internet de un modo en que nunca lo habíamos imaginado, incluso alcanzará a elementos impensados como artículos de limpieza o alimenticios, con lo cual los dispositivos que utilicen una conexión a Internet se multiplicarán varias veces, debido a la naturaleza misma de la Internet de las cosas.

Para todo ello vamos a necesitar baterías, o algún otro modo de alimentarlos con electricidad para que funcionen. Imaginemos que tenemos que recargar, cambiar las baterías o comprar pilas para decenas de dispositivos que se conectan a Internet. Un trabajo realmente pesado que nadie querría encarar. Precisamente para resolver este problema energético se desarrolló el WiFi pasivo.

¿Cómo funciona el WiFi pasivo?

Como mencionamos más arriba, los dispositivos inalámbricos como celulares y computadoras que se conectan a Internet son cada vez más eficientes en términos de consumo de energía, sin embargo, no sucede lo mismo con los routers, repetidores de WiFi y todo el resto del hardware asociado con una red inalámbrica, los cuales siguen consumiendo una gran cantidad de energía.

Como muchos de nosotros sabemos, para establecer una red WiFi es necesario al menos dos dispositivos, cada uno de ellos capaz de enviar las recibir señales de radio que contienen los paquetes de información. Para ello todos los dispositivos involucrados en el tráfico de datos deben trabajar en la misma frecuencia para poder emitir y recibir datos, para lo cual se equipa a cada dispositivo con el hardware necesario, es decir el transmisor y el chip de banda de base.

La diferencia fundamental entre las conexiones WiFi estándar y las conexiones WiFi pasivas es que en el segundo tipo de conexión, sólo uno de los dispositivos irradia la señal, la cual es enviada a otro dispositivo mediante sensores pasivos, un chip de banda base y su correspondiente antena, con lo que obtiene el significativo ahorro de energía característico de las conexiones WiFi pasivas.

Mediante la implementación de un sistema de WiFi pasivo estaríamos hablando de un ahorro energético de aproximadamente 10.000 veces menos consumo con respecto a una red inalámbrica estándar. Para que este increíble ahorro de energía pueda ser real, y estar al alcance de todos los usuarios, es necesario nuevo hardware para enviar y recibir los paquetes de información, el cual ya se encuentra en un estado muy desarrollado.

Este hardware tienen requerimientos de energía, realmente muy bajos, entre los 10 y los 50 microvatios, y si tenemos en cuenta que un dispositivo de conexión estándar consume aproximadamente unos 100 microvatios, la diferencia es más que notable.

Por dar un ejemplo de cuan bajo es el nivel de consumo del WiFi pasivo, podemos citar que Bluetooth consume 1000 veces más energía que este tipo de WiFi, por lo cual sería perfectamente acertado pensar que el WiFi pasivo podría reemplazar por completo a la tecnología de Bluetooth.

Alcance y velocidad del WiFi pasivo

Una de las características más importantes del WiFi pasivo es que se trata de una tecnología retrocompatible, es decir que no es necesario cambiar nuestros dispositivos por otros que incorporen chips de WiFi pasivo, ya que los teléfonos inteligentes, computadoras y tablets actuales son perfectamente capaces de trabajar con WiFi pasivo.

En cuanto a la velocidad de transmisión que puede alcanzar el WiFi pasivo, esta puede alcanzar hasta los 11 Mb por segundo, cifra que si bien puede parecer escasa, sobre todo en los escenarios modernos, no debemos olvidar que se trata de una tecnología que todavía se encuentra en una etapa temprana de su desarrollo. En el mismo sentido, el alcance de transmisión de WiFi pasivo es un poco corto, unos 30 metros, aunque para la mayoría de las aplicaciones la velocidad y el alcance de WiFi pasivo es suficiente.

No cabe ninguna duda de que el WiFi pasivo se convertirá en unos pocos años en la nueva tecnología de transmisión de datos, debido a su eficiencia energética y sobre todo por permitir que la tecnología de IOT llegue a alcanzar su objetivo de ser omnipresente.

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